Y entonces un día, lo comprendí...

Yo también me entregué como nunca por un hombre que en el momento en el que vio un obstáculo, decidió rendirse en lugar de luchar más.

Di todo y más por alguien a quién se le olvido regresármelo y estuve aferrándome a alguien que ya no existía...

A veces lo que más me asustaba de volverme a enamorar era saber que las personas podían fingir toda una relación, podían fingir ser alguien que no son, y cuando llegaba la hora de la verdad, la cual siempre llega... Todo se volvería derrumbar y todo lo volvería a ver de color gris. Yo culpaba al amor, culpaba al supuesto `cúpido´, hasta que me di cuenta que las cosas pasan por algo y que pensándolo bien, fue un golpe de suerte el que la relación no haya salido como yo lo pensaba... Porque yo merecía más.

Escribo esto para decirles que esto no es así, no debe de ser así, el amor no hace eso... El amor no lastima. Lo hace la persona de la que estuvimos enamorados. El amor, al contrario, repara. Y no necesariamente me refiero al amor de pareja, si no al amor en general, y el más importante, el propio.

Esas personas llegaron a nuestras vidas para que aprendamos nuestro valor, para que no nos dejemos pisotear y para saber que estamos vivos, que sentimos, que amamos, que hay altos y bajos pero también hay enseñanza en cada uno de esos momentos.

El dolor que he sentido es mayor del que pensé que se podía sentir cuando algo así pasaba, “¿un corazón roto? ¡Por favor! A nadie le pasa eso” solía decir... cuando derrepente ¡Boom!, sientes como algo dentro de tu pecho se parte en dos, y duele hasta el alma.

Que una persona a la cual aprendiste a amar por sus enseñanzas, su cariño, por todos esos momentos que pasaron juntos, que esa persona decida darte por sentada, dejarte y dejar de luchar por el amor que tanto tardaron en construir... Duele. Pero duele más estar con alguien que no te ve, que no está orgulloso de ti o que no te deja volar... Eso mis niñas, duele más. Hay veces que hay que sufrir de golpe por un buen rato, a estar sufriendo de cachitos con una persona que a fin de cuentas se va a ir.

Aferrémonos a las cosas buenas, a las cosas que nos traen cosas positivas, a esas que nos hacen mejor día con día. Aferrémonos al amor de verdad.